Todos los que padecen cáncer deben conocer y alimentarse de esta dieta alcalina!!

Si ha sido diagnosticado de cáncer, ciertos cambios en la dieta podrían aumentar las posibilidades de curación, independientemente del tipo de tratamiento que esté siguiendo para su curación.

















La nutrición es sumamente importante para tratar y prevenir enfermedades como puede ser el cáncer, y las personas diagnosticadas con cáncer deben ser informadas que el seguimiento de una dieta alcalina, compuesta principalmente por verduras y una pequeña cantidad de frutas, granos y proteínas, podría ayudar a prevenir y curar el cáncer.
Le detallamos 6 cambios en la dieta que debería hacer si ha sido diagnosticado de cáncer para ayudar en su curación junto con los tratamientos que esté siguiendo para ello.
1. Consuma una dieta alcalina para reducir la inflamación y mejorar pH intracelular.
El estilo de vida actual lleva a muchas personas descuidar su alimentación y a seguir una dieta que promueve la inflamación y aumenta el pH intracelular. Esta condición se conoce como acidosis latente, entendida por ser la madre de muchas enfermedades, incluido el cáncer.
Una dieta alcalina mejorará el pH intracelular y es la mejor defensa contra la continua inflamación en el cuerpo.
Esta dieta se basa principalmente en vegetales orgánicos de hoja verde, hierbas y especias, tubérculos, cebollas, ajos, puerros y cebolletas, brócoli, coliflor y coles, judías, lentejas, guisantes, nueces y semillas, junto con una pequeña cantidad (una taza o dos por día) de granos sin gluten como el arroz. Una porción de pescado, pollo orgánico o carne varias veces por semana, puede ser parte de esta dieta saludable, además de 2 o 3 piezas de fruta fresca al día.
2. Eliminar el azúcar.
Las células cancerosas utilizan más glucosa por unidad de tiempo que otras células. El metabolismo del azúcar crea ácido, que también ayuda a la progresión del cáncer. Una dieta alta en azúcar suprime la función inmunológica al tiempo que aumenta los niveles de insulina en el cuerpo, creando resistencia a la insulina. Esta resistencia a la insulina está también ligada al cáncer.
Al mismo tiempo el azúcar procesado reduce el magnesio en el cuerpo, lo que colabora también a la proliferación del cáncer.














Se recomienda eliminar de la dieta el azúcar en todas sus formas, incluso los edulcorantes naturales como la miel y el agave.

3. Eliminar el gluten.
El gluten causa inflamación, y la inflamación está relacionada con distintas enfermedades incluidas el cáncer.
















Evite el consumo de granos altos en gluten como el trigo, espelta o de centeno, incluyendo los granos enteros. Excluya de su dieta las pastas, cereales, pan, magdalenas, pasteles, galletas, y otros productos horneados. Opte por granos enteros sin gluten como el arroz, trigo sarraceno, quínoa, mijo y el amaranto.
4. Eliminar los productos lácteos.
Según un estudio realizado, la leche de vaca se ha relacionado con el cáncer debido a la proteína caseína.
Los productos lácteos crean inflamación y promueven la enfermedad del cáncer de manera similar a como lo hace el azúcar.
Elimine de su dieta todos los productos lácteos si está luchando contra la enfermedad del cáncer.
5. Uso de aceite de oliva, aceite de coco y aceite de aguacate.
Utilice únicamente en su dieta aceite de oliva prensado en frío, aceite de coco natural o aceite de aguacate ya que estos aceites son anti-inflamatorios.
El aceite de coco también tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas, por lo que beneficia a las personas que tienen bajo el sistema inmune, como es el caso de los enfermos de cáncer.
Elimine de la dieta cualquier otro aceite como el de maíz, canola, cártamo o aceite de girasol ya que la mayoría son aceites altamente procesados que pueden interferir en la función de las células y por tanto promover la progresión del cáncer.
6. Otros cambios en la dieta.
Se debe eliminar el consumo de alcohol, así como los zumos de frutas embotellados que tienen altas concentraciones de azúcar.
Opte por prepararse usted mismo los zumos de frutas y verduras frescas.
Reduzca el consumo de café a una taza al día, y aumente el consumo de agua, té verde, té de salvia, té de jengibre y té de menta como bebidas calientes y frías.
Tome el zumo de un limón varias veces al día, así como zumo de remolacha o zanahoria, ya que son bebidas alcalinas.
Todos estos cambios pueden parecer complicados para el seguimiento de una dieta, pero es más sencillo de lo que parece, simplemente debe modificar sus recetas habituales por la incorporación de alimentos más saludables y eliminar todo aquello que podría hacer proliferar una enfermedad tan grave como el cáncer.
Si padece cáncer igual quiere intentar hacer dichos cambios en su dieta y apoyar así a los tratamientos que esté siguiendo para su curación.




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