Estudios confirman que las madres estrictas son las que forman hijos más exitosos.

El debate sobre si los padres debemos ser más estrictos o más permisivos, siempre está instalado y todos tenemos algo para decir al respecto. Y la respuesta a este interrogante es tan compleja que varios científicos se abocaron a la tarea de investigar qué impacto tiene sobre los niños el hecho de tener padres más o menos exigentes en lo que se refiere a su educación.






El estudio apuntaba a conocer qué posibilidades tenían los niños de llegar a una educación superior guiados por sus padres, o más específicamente, por la madre.  ¡Los resultados fueron sorprendentes!.


Sobre un total de 15.000 niñas de entre 13 y 14 años, el estudio concluyó en que las niñas que tenían madres más estrictas y exigentes eran más seguras de sí mismas, fiables y respetuosas.
Pero eso no es todo, porque el estudio también determinó que las madres más estrictas tenían hijas con mayores posibilidades de terminar con su educación, conseguir un trabajo y lograr el éxito en sus vidas.

Tal vez suene arbitrario, pero las madres más estrictas y disciplinadas, tienen hijos más exitosos.

El límite de las exigencias.






Otros estudiosos del tema consideran que una educación demasiado estricta puede tener efectos negativos en niños que no alcanzan los objetivos que sus padres les proponen y ante el miedo a las consecuencias, se vuelven inseguros y mentirosos.
La presión por ser el mejor o ser perfecto, puede tener un impacto negativo en la vida de los niños con padres demasiado rigurosos.
Y si llega ese momento, castigar a un niño por haber mentido sólo agrava la situación, cuando el principio para solucionarla es averiguar porqué mintió y no tuvo el valor para decir la verdad. Infundir inseguridad y miedo a los niños, definitivamente no es el camino para que sean exitosos y logren una vida plena.
Muchos padres creen en los métodos que se basan en el castigo o las recompensas por los fracasos o los logros obtenidos y tal vez eso haga hijos más exitosos en lo que se refiere a los estudios, pero las exigencias permanentes sin algo de tolerancia y comprensión, no llegan a buen puerto.
Tener una expectativa ambiciosa con respecto a nuestros hijos, está bien; pero debe priorizarse la comunicación, la calidez y la honestidad.

¿Qué diferencias hay entre padres permisivos y padres autoritarios?


Padres permisivos:

– Tratan a sus hijos como sus iguales.





– No existen los límites y los niños no logran regularse por sí mismos.
– Los padres aceptan ceder a las demandas de sus hijos, incluso en situaciones en donde deberían negarse.
– Los padres anteponen los deseos de los niños y consideran que deben cumplirse a cualquier costo.
– Los padres permiten a los niños faltas de respeto hacia otros miembros de la familia y no corrigen estas actitudes.

Padres autoritarios.

– Padres que basan su accionar en “Esto se hace así porque lo digo yo”.
– Escasa comunicación con los hijos.
– Padres que impone sus reglas sin posibilidad de discusión.
– La relación entre padres e hijos se basa en el miedo y la empatía.
– Padres que ejercen mucha presión sobre sus hijos y se muestran poco afectuosos.

Y entonces… ¿Cuál es el término medio?

Lo que acabamos de ver nos hace comprender rápidamente que los extremos chocan. Ni totalmente permisivo ni absolutamente autoritario. Estas actitudes nunca llegan a nada bueno. ¿Y si probamos con el estilo educativo democrático?
El estilo educativo democrático tiene que ver con padres que ejercen un elevado control pero que al mismo tiempo son flexibles, que explican a sus hijos el porqué de sus decisiones siempre ajustándose a sus edades y a sus capacidades de comprender.
Se trata de padres afectuosos que les piden a sus hijos que asuman las responsabilidades que les corresponden dentro de lo que cada uno pueda hacer.
Cuando éramos chicos considerábamos a nuestras madres demasiado exigentes y hasta se transformaban en “el enemigo”, pero esto en algún punto tiene algo de positivo.
Ser exigentes con nuestros hijos, al mismo tiempo que tolerantes, te dará buenos resultados y un día te agradecerán que les hayas exigido en cuanto al estudio o hayas tomado determinaciones con respecto a una amistad que no creías conveniente.
Cuando sean grandes, comprenderán y apreciarán que hayas actuado como lo hiciste e incluso lo valorarán tanto que adoptarán el mismo criterio con respecto a la crianza de sus propios hijos.

Seamos estrictos con nuestros hijos pero al mismo tiempo nunca perdamos la calidez y no mezquinemos demostraciones de afecto. Que en algún momento logren entender que muchas exigencias están estrechamente ligadas al amor.
¿Tu madre era muy estricta cuando eras niño? ¿Cuál es tu opinión con respecto a este estudio sobre las madres exigentes?