En árabe significa azafrán, de color amarillo muy intenso y sabor sutilmente picante.
Esta planta alcanza una altura de 1 mt. con rizomas de color amarillo intenso, muy aromática. Se adapta a zonas cálidas húmedas.
Lo más significativo de esta planta se extiende a la medicina natural por sus excelentes propiedades anti inflamatorias y antioxidantes con excelentes beneficios para el hígado y para combatir el cáncer.
Propiedades:
- Tiene propiedades digestivas, mejorando la digestión. Ayuda a desinflamar, facilitando el desprendimiento de gases del intestino. Alivia cólicos, flatulencia.
- Reduce las deposiciones frecuentes.
- Excelente protector hepático, debido a que contiene hepatoprotectores y antioxidantes. Además de sustancias como el borneol, eugenol, turmenona y ácido cafeico, para el buen funcionamiento del hígado.
- La curcumina presente en el rizoma de esta planta, ayuda a eliminar los cálculos de la vesícula biliar, con efectos anti inflamatorios.
- Tiene propiedades anticancerígenas. Contiene unos diez compuestos antitumorales, como la curcumina y curcuminoides, betacarotenos, limoneno, terpineol, curdioma, turmenona. Según estudios los curcuminoides actúan como un efecto protector contra el cáncer del duodeno, de piel, de mama y de colon.
- Tiene además efectos antidepresivos. Contiene compuestos que estimulan el sistema nervioso, el sistema inmune y los estados de ánimo.
- Ayuda a prevenir la enfermedad de alzheimer.
- Combate enfermedades cardiovasculares. Aumenta las enzimas antioxidantes. Reduce el colesterol y los triglicéridos.
Dosis.
- Para problemas intestinales: 2 a 3 grs. de cápsulas de extracto de cúrcuma al día.
- Malestares estomacales: 1,5 a 3 grs. al día de cápsulas de extracto de cúrcuma.
- Hígado: 3 a 4 cucharaditas de raíz de cúrcuma en polvo en infusión de 1 lt. de agua hervida. Dejar reposar medio día. Filtrar y tomar varias veces en el siguiente medio día.
- Anti inflamatorio: Agregar 1 cucharadita de polvo de cúrcuma en las comidas al final de su preparación, sin cocerla.
- Utilizar habitualmente en la preparación alimenticia. No confundir con la tartracina, que es de origen químico.
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